UNA PALABRA COMO UN ADAN RECOSTADO


















Esta el hombre solo.
Un hombre solo en medio de la creación.
No toca cuerpo humano.
No toca un cielo.
Penetra en una galería de ecos.
Pasa sus días tirado entre las flores
en el poder mágico de las palabras.

Un hombre solo
sin poder ser dios
con su poco ser escaso e insuficiente
su gracia
que no sustituye a la libertad pero la restablece.

Llega al borde de la palabra.
Va mas allá de la historia.
Se contempla.
Solo.
En los desiertos de su conciencia varada
no se refleja el golpe monótono del lenguaje.

También él se despeña.
También él va a la deriva.
También él hacia la muerte.
También él así sea un instante
merece la alegría del amor.

El hombre solo en el silencio,
pensó en el nacimiento.
En la primera palabra:
Una palabra como un Adán
recostada en el jardín de las hespérides...

Sonrió.

Una palabra que sola y aburrida
caminó y caminó por ahí.
Se durmió y perdió una letra.
Despertó rara
con ganas de coger.
Vio la letra...
dormida...
Aprovechó.
Tuvieron sexo irresponsable
Muchas veces.

Pasaron nueve meses.
Eran una familia.
Papa palabra con sus anteojos ahumados,
Mama palabra con su boca roja de rouge,
y palabritas
y palabrotas.

Todo un abecedario.


Una letra, una palabra, una cópula. De ese sexo entrañable nace la intriga y la posibilidad de nombrar. Antes era el gesto, ahora el rostro ya viciado... vacío como un espejo de nácar. Anclado. Rígido... Pura carne muerta.
alguna vivacidad en los ojos cuando emiten una lágrima,
en la boca que se deforma con una sonrisa...
Restituir el estado donde las palabras copulaban entre sí.
Donde ánimo podía unirse con querer...
Donde copulaban...

fábrica con angostamiento
tratar con trébol
nube con nicho
música y parto.
sangre con idea
ratonera con espejo
bala con cariño
pasión y pasto.
flor con hueso
impenetrable con huevo
forma y piedra.
piedra con suerte
pez con pescado y muerte.
nacer con deuda
oro con fresas
conciencia con reflejo
límite con estiércol
llanto con pino
ciprés con permanencia.

Cuando la palabra vagaba suelta en el vértigo que brota en este abrirse del mundo en dos...